El ciclo vuelve… y tú otra vez rogando que la pastilla haga efecto.
¿Otra vez doblada del dolor, abrazando una bolsa de agua caliente como si fuera tu única esperanza? Mientras tanto, la pastilla que tomaste hace 30 minutos sigue “pensando” si hoy sí quiere funcionar.
Con ByeCramps, no hay espera, no hay químicos, no hay sufrimiento. Solo calor terapéutico y masaje vibratorio que atacan la raíz del dolor en minutos.